viernes, 29 de abril de 2016

Hernia inguinal y correr: operación y postoperatorio


Pues ya no estoy herniado. Llevo 2 días de postoperatorio y bien, la cosa pinta bien. Flojo y esas cosas, de hecho estoy tomando calmantes, lo indicado en estos casos pero ya ando... bueno, desde el primer día. Una cosa que hace todo el mundo nada más operarse y recomienda el doctor; cada día un poco más, cada día un poco mejor.

Esfuerzos ninguno, movimientos limitados, por ejemplo no me puedo abrochar las zapatillas pero bueno no es para tanto. Puedo asegurar que es un lujazo tener autonomía plena, eso tan simple que es caminar aunque sea pasito a pasito y con torpeza se convierte en toda una reveladora experiencia.

Al final han sido 6 grapas las que luzco en mi costado derecho. Era uno de los elementos sorpresas al levantar el apósito que tapaba la herida. Esperaba unas cuantas más después de leer y oír otras experiencias; la media viene a ser 10 grapas. Bromeo con ello pues a falta de tatuajes ya tengo una señal perenne en mi body y parezco un diestro con cornada jejeje Vaya que la cosa ha dejado marca y lo recordaré cada vez que la vea.

Así que, ya está, eso es todo... tres meses de lista de espera esperando el momento y ya ha llegado y pasado. Lo dicho siempre, ¡cómo pasa el tiempo! 

Y ahora viene lo mejor y es recuperarse y que todo vaya a su sitio y a hacer vida normal, es decir, ¡podré correr! Tal como he leído y oído por ahí en otros casos, entre ellos maratonianos de pro jejeje... tengo 2 meses por delante hasta que pueda ya correr. Si digo que no tengo prisa miento, pero bueno, no importa, se aguanta uno los 2 siguientes meses y después a cansarse de correr. Eso sí, de momento me voy a hinchar a andar que por otro lado es lo que estaba haciendo antes de la operación, el power walking que dicen.

La recuperación es lenta pero muy progresiva y exitosa, dicen. De aquí una semana prácticamente ya podré andar cerca de la hora, lento pero bien y al mes ya pues coger el alta volver al trabajo y hacer vida normal. Lo de otro mes para correr viene a ser por la malla y el cierre de la herida interna. Como es natural ya estoy dándole vueltas a la cabeza y al calendario. Ilusionado.

martes, 12 de abril de 2016

Los riesgos de correr



Triste noticia pero real como la vida misma. Hay que prevenir en la medida de lo posible e informarse al respecto.

Por mi parte, alejado de las zapatillas momentáneamente a la espera de mi pròxima operación, tengo que decir que ya me he hecho dos pruebas de esfuerzo, muy necesarias claro y por supuesto llegado al caso de volver a la distancia de Filípides, de la cual estoy totalmente jubilado lo primero que haría es justo eso, hacerme otra prueba de esfuerzo... desde luego mucho antes que comprarme unas super zapatillas...

Dejo aquí la noticia sobre todo por lo que aporta desde el punto de vista profesional médico:


Los riesgos de correr


A partir de los 35 los tests médicos a corredores no son suficientes

El fallecimiento durante la actividad física se produce por causas más difícilmente detectables a medida que se cumplen años

12.04.2016 | 10:35

La muerte súbita en deportistas jóvenes se debe, generalmente, a problemas congénitos. Superada una edad, la causa más frecuente es la formación repentina de un trombo y eso no hay examen que lo adivine
La muerte no llamó antes a la puerta de los dos atletas fallecidos en Navajas, el pasado domingo, igual que no suele hacerlo con los corredores populares mayores de 35 años a los que un día el corazón se para, de repente, en plena carrera o poco después de haber cruzado la meta. La ciencia lo tiene bastante claro: por encima de esa edad, el drama de morir en plena actividad física no se debe, en la mayoría de las ocasiones, a un problema congénito que sí puede ser detectado en una prueba cardiológica o de esfuerzo (o no, como ocurrió con los futbolistas Antonio Puerta y Dani Jarque). Superado ese umbral de la vida, las causas de morir corriendo son más azarosas, más inconcretas que las de un deportista más joven, porque no suele haber ninguna anomalía estructural en el corazón. Paquito Amat y Juan Barros, de 57 y 45 años, respectivamente, los dos fallecidos en el Maratón Ojos Negros de Navajas el domingo pasado, pertenecen a ese grupo de edad en el cual, en muchos casos, no hay prueba que garanticen evitar un fatal desenlace. «A partir de los 35 años, si no hay un defecto congénito, es lógico que una prueba de esfuerzo no detecte nada anormal. Otras veces sí pueden aparecer algunos signos, como una parte del corazón que con el máximo esfuerzo ya está sufriendo y no te estás dando cuenta», explica Óscar Fabregat, miembro del departamento de Cardiología del Hospital General de Valencia.
A mayor edad, por tanto, mayor riesgo. «La muerte súbita que vemos en pacientes de más de 40 años es, en la mayoría de las veces, por síndrome coronario agudo. El esfuerzo físico provoca que se desprendan placas de las arterias, se forme un trombo y se produzca un infarto. El último factor para que uno muera súbitamente es la arritmia que se produce en ese contexto ante la demanda metabólica del corazón en pleno esfuerzo físico», detalla Fabregat, que también es miembro del servicio médico del Villarreal CF. La mala noticia es que no existe ninguna prueba capaz de detectar la formación de un futuro trombo. Es como lamentarse de no haber adivinado que un avión iba a estrellarse pese a que las revisiones no han detectado ninguna irregularidad. Es extraordinariamente raro que ocurra, pero sucede. «La prueba de esfuerzo es obligatoria a partir de los 35. Se le escapan pocas cosas, pero si un problema está activo, lo ´caza´», añade el doctor.


La crisis de los 40 y la muerte súbita del corredor tienen una relación fatal. Hay que saber gestionar lo primero para que ocurra lo segundo. «Muchos corredores empiezan cerca de los 40 y pasan de salir a cenar los sábados y tomarse dos copas a empezar a correr y a participar en carreras populares. Muchos, además, son exfumadores. Alguien que ha llevado una vida sedentaria debe ir en progresión. El problema es que llamamos atletismo popular a algo mucho más exigente», explica el cardiólogo. Es cierto: cada vez hay más corredores que dan el salto a los medios maratones y a los maratones demasiado rápido. «Es muy importante también la predisposición genética, los factores de riesgo cardiovasculares como haber fumado o no tener un nivel de colesterol óptimo. También te encuentras gente hipertensa. Son factores de riesgo silentes que no te dicen nada. El corredor se encuentra bien, pero el día que exiges mucho al cuerpo, en días de calor o en carreras de dureza extrema, es cuando pones al máximo el corazón y este puede claudicar», añade Fabregat.
Como en los accidentes de avión, las estadísticas juegan a favor del pasaje. El porcentaje es de una muerte súbitas por cada 50.000 corredores. Lo que significa que lo sucedido en el maratón de Navajas fue un hecho absolutamente desgraciado.