domingo, 28 de febrero de 2016

Walk on the Wild Side

Bueno, por el lado salvaje ya no tanto aunque nunca se sabe pero lo de walking sí es seguro... y lo que te rondaré, pues si correr no puedo y hay que hacer algo pues se camina y punto. No está nada mal y es un buen sustituto. Además lo compagino aún con una gimnasia suave pero que veo que va bien, y sigo ahí.

Y claro tanto andar es inevitable ver y observar y puedo jurar que hay de todo aunque no voy a hacer una recopilación de todo aquello que se me pone delante pero aquí dejo unas fotos. Es curioso que hasta de justamente eso, andar ya hay hasta libros como se aprecia en la foto. No lo voy a comprar ni loco, ni tan siquiera me entran ganas de hojearlo pero bueno... ahí está en el escaparate de la librería cerca de casa.

Y todo no es negativo. En cuanto a mejoras tengo que apuntar que el controlar aquello que como y no como está dando buenísimos resultados. Resultados en forma de kilos de menos y también y muy importante mejora de no sentir hinchazón, malas digestiones y bla, bla, bla.... Contento y a por más, o mejor dicho, a por menos.








lunes, 15 de febrero de 2016

Dique semi-seco

Esperando la flotación

Me acabo de abrir una hoja Excel que he titulado peso. Así sin más, claro y conciso. Encima ya tengo datos suficientes para construir una gráfica. Cómo mola y motiva eso de ver los números representados en formas. Además de más gráficos, ejem, ejem... da más sentido a la cosa: up & down.

Busco la motivación o más bien la materialización del objetivo control del peso. No sólo estoy pasado y pesado sino que ahora mismo he de centrarme más que antes pues mi gasto calórico es mucho ingreso y poco gasto. Normal, hace un mes que no salgo a correr! aunque no es por culpa de eso.

Mi nueva situación me está haciendo buscarme la vida, y he encontrado alternativas muy buenas, la verdad. Primero, además de andar estoy con el experimento de hacer gym ligero casero que gracias a canales de YouTube he visto uno que me ha hecho sacar las mancuernas y empezar a moverme. Otro es el rollo alimentación...

Estoy en una fase tope de motivación que cómo no ha de bajar, pero intento interiorizar toda la info para entrar en lo que técnicamente llaman déficit calórico... No es obsesivo, o no debería serlo. Como en casi toda las cosas, el rollo es la constancia... lento pero seguro. El truco es que no hay truco que dice un colega, pero sí desafío... A ver si lo cumplo y puedo subir y presumir de gráfica ésa secreta que me está haciendo el tío Excel.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Correr te mantiene joven (que ya es)

Va de noticias porque ésta que he leído aún me interesa más que la de la anterior entrada. Aquí la dejo también, enlazada, robada y copiada:

Fuente: El País, versión digital de 03/02/2016




Correr, lo que ahora se llama running y que en nuestros orígenes paleolíticos era la diferencia entre un humano vivo y otro muerto de hambre, nos mantiene más jóvenes. Eso es lo que indica un nuevo estudio que ha analizado el consumo energético del cuerpo humano durante el ejercicio como si se tratara de una máquina más. Sus resultados indican que personas sexagenarias y septuagenarias que han corrido durante décadas de forma habitual mantienen una mayor eficiencia energética, comparable en algunos casos a la de personas de 20 años. Sin embargo, gente de esa misma edad que camina habitualmente como forma de ejercicio no tiene un organismo tan eficiente, según los autores.
El trabajo, que se publica hoy en PLoS One, apoya lo que ya han dicho muchos estudios sobre medicina y deporte: hacer ejercicio alarga la vida años, retrasa la llegada de la dependencia más de una década y puede ahorrar a los sistemas públicos de salud decenas de miles de millones de euros en fármacos, hospitalizaciones y tratamientos.
“Correr te mantiene joven”, resume Rodger Kram, fisiólogo de la Universidad de Colorado y uno de los autores del estudio. Su trabajo ha analizado la eficiencia energética de un grupo de personas atípicas, como él mismo reconoce. Son gente de entre 64 y 74 años que corre al menos media hora tres veces por semana desde hace años, incluso décadas. Son, según Kram, herederos del llamadojogging boom, una moda de correr que comenzó a finales de los setenta en EE UU y otros países y que multiplicó el número de carreras populares, maratones televisados, publicidad de zapatillas y todo tipo de accesorios para el deporte.


"Si corres, tu riesgo de muerte disminuye ocho años comparado con gente sedentaria de tu edad"
El propio Kram lleva más de tres décadas corriendo y estudiando sus efectos sobre el cuerpo humano desde el campo científico de la biomecánica. En este estudio, comparó la eficiencia energética de esos corredores veteranos con la de personas de una edad comparable que caminan habitualmente como ejercicio. A ambos se les pidió que caminasen a diferentes velocidades sobre una cinta de ejercicios mientras se registraba su consumo de oxígeno. Los resultados del estudio, que analizó un total de 30 individuos, mostraron que los corredores mantienen una eficiencia energética comparable a la de una persona sedentaria de unos 20 años cuando caminan. Las personas que andan habitualmente, en cambio, registraron un consumo energético mayor, comparable al de personas sedentarias de su edad. Los corredores eran entre un 7% y un 10% más eficientes que los andadores de su edad.
“Fue una sorpresa que los corredores de nuestro estudio resultasen caminar de forma más eficiente que personas que caminan regularmente como ejercicio”, ha explicado Owen Beck, coautor del trabajo, en una nota de prensa. “El mensaje final del estudio es que correr de forma habitual parece retrasar el envejecimiento y permite que personas mayores se muevan más fácilmente, lo que mejora su independencia y calidad de vida”, añade.
La facilidad para caminar es un predictor “fundamental” de enfermedad y muerte. “Si caminas por debajo de 0,5 metros por segundo [1,8 kilómetros por hora] aumenta tres veces tu riesgo de muerte”, detalla Mikel Izquierdo, director del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra. Izquierdo cree que el estudio de Kram es un poco “oportunista”, pues aprovecha el creciente interés que existe por todo lo que sea correr para publicitar unos beneficios que son reales, pero modestos, opina. Lo bueno del trabajo, reconoce, es que “muestra que correr mejora la economía energética, lo que a su vez facilita que la gente pueda hacer más ejercicio, y este es clave”. “Si eres físicamente activo, si corres, tu riesgo de muerte disminuye ocho años comparado con gente sedentaria de tu edad y, sobre todo, reduces en unos 12 años la llegada de la dependencia por incapacidad”, detalla.


"Los corredores eran entre un 7% y un 10% más eficientes que los andadores de su edad"
Por eso, aparte de ayudar a vender zapatillas, mallas y pulserasinteligentes, la actual moda delrunning podría tener efectos muy positivos si deja de ser una moda y pasa a ser algo más. “Si podemos mantener esta masa crítica que hacerunningspinning o cualquier otro deporte de moda, habrá gente que no solo viva más, sino que serán independientes mucho más tiempo, con lo que esto supone en calidad de vida, ahorro en fármacos, servicios sanitarios, retraso de la demencia e incluso el alzhéimer, etcétera”, resalta Izquierdo.

Los ciclistas pierden eficiencia

“El estudio es interesante porque muestra que el ejercicio atenúa mucho los efectos del envejecimiento”, destaca Alejandro Lucía, catedrático de Fisiología Humana y del Ejercicio de la Universidad Europea de Madrid. Lucía es experto en los efectos físicos del ejercicio en personas mayores y enfermos de cáncer, en los que también, dice, se ha demostrado que hacer deporte mejora su estado de salud. “Los médicos tienen que aprender a prescribir ejercicio físico”, resalta.
A medida que se envejece, la capacidad aeróbica va disminuyendo en todo tipo de personas, incluidos los corredores. La fatiga característica de las personas mayores sucede porque la curva descendente de su capacidad aeróbica y la ascendente de su consumo energético se encuentran, obligándoles a parar a tomar aire, explica Kram. Lo que su estudio desvela es que el consumo energético en corredores habituales es más bajo que el de los andadores y se mantiene a pesar de los años. Ese menor consumo energético te permite realizar con menos problemas una tarea como andar.
Los responsables del estudio resaltan que andar como ejercicio sigue siendo muy beneficioso, por ejemplo, para evitar enfermedades cardiovasculares. El problema es que la eficiencia energética no está entre esos beneficios. Los investigadores no han conseguido averiguar por qué los corredores son más eficientes y por qué mantienen esa eficiencia a pesar del paso de los años. De hecho, estudios anteriores habían probado justo lo contrario, en estos casos estudiando a ciclistas y triatletas veteranos. Kram cree que la respuesta puede estar en las mitocondrias, orgánulos celulares encargados de proporcionar energía. Las personas que hacer ejercicio tienden a tener más mitocondrias en sus células y esa, piensa Kram, puede ser la explicación de lo que ha observado, aunque quiere hacer más estudios para averiguarlo.

Genetismos

Así que la cosa está en los genes... pues es seguro que no tengo ése que te hace ganar maratones aunque me conformo con poder correrlos, que ya es una victoria. Copio y enlazo la noticia aquí:

Fuente: El País, versión digital de 03/02/2016


Desde hace décadas existe un empeño en identificar “genes campeones”, variantes en el ADN que conferirían una gran ventaja a los mejores atletas del mundo respecto al resto de los mortales. La hipótesis inicial, concebida en los años ochenta, fue que hay unos pocos genes determinantes a la hora de tener una mayor fuerza y resistencia y, en definitiva, llegar a lo más alto.

En la década pasada se descubrió que hay una variante genética que da mayor explosividad y velocidad que es predominante entre los velocistas de élite. La versión del gen es más común en África y en los pueblos originarios de ese continente que en asiáticos y europeos. Para muchos era evidente que debía haber más genes similares que ayudan a otro tipo de deportistas, por ejemplo los kenianos, reyes del maratón y otras carreras largas. Pero ahora, el mayor estudio genético de los mejores corredores de larga distancia/ del mundo va justo en sentido contrario.
“No hemos encontrado ninguna secuencia de ADN que diferencie a un atleta de un individuo sedentario de control”, explica a Materia Claude Bouchard, pionero en el campo de la genética del deporte desde los años 80 y autor principal del nuevo trabajo.
Hasta ahora, la inmensa mayoría de estudios en busca de genes campeones ha tenido el mismo defecto: su muestra no era lo suficientemente grande como para ser representativa, dice el estudio. Para acabar con ese problema Bouchard y un amplio elenco de científicos de 11 países han creado GAMES, un gran consorcio internacional para investigar el genoma de atletas de élite especialistas en pruebas de resistencia como el maratón.
En total han analizado datos de más de 1.500 atletas de Australia, Kenia, Etiopía, Japón, Polonia, Rusia y España. El grupo incluye “muchos plusmarquistas del mundo” y, en general, están “los mejores de cada país”, explica Alejandro Lucía, investigador de la Universidad Europea de Madrid y coautor del estudio. El genoma de esos atletas se ha comparado al de más de 2.700 personas no deportistas, en cada uno de los países analizados, en busca de marcadores genéticos de superioridad física. En concreto, buscrolos llamados snips(SNP), diferencias en una sola letra de ADN (el genoma completo tiene 3.000 millones de esas letras). En ámbitos como el de la salud, se ha demostrado que hay snips que dan a la gente una mayor propensión a enfermedades cardiovasculares o alzhéimer, por ejemplo, debido a que los cambios están en genes importantes para esas dolencias. Bouchard, Lucía y el resto del consorcio buscaron asociaciones similares mirando 45 marcadores genéticos comunes. El estudio, publicado en PLoS One, no ha hallado ni un gen, ni un snip, que diferencie a atletas y controles. Ni rastro del gen campeón.

Encontrar las pequeñas variantes genéticas que diferencian a cualquier tipo corriente de un gran maratoniano es solo cuestión de tiempo y dinero

“Lo que el trabajo nos parece decir es que no hay ninguna variante genética común que te impida llegar al máximo nivel”, interpreta Lucía. Eso no quiere decir que el factor hereditario no juegue un papel fundamental. Características claves para ser un gran atleta como el consumo máximo de oxígeno o la capacidad de mejorar con el entrenamiento, son “heredables en un 50%”, explica. El problema es que, a la hora de identificar los genes responsables buscando entre las variantes más comunes, “nos encontramos con más preguntas que respuestas”, reconoce.
Ni siquiera el famoso gen de la alfa actinina 3 que permite correr como un Usain Bolt ha resultado tener un efecto diferencial en los corredores de larga distancia. “No me sorprendería que ese gen también resulte ser un falso positivo con respecto a la velocidad”, apunta Bouchard. Entre los firmantes de este estudio también está Kathryn North, de la Universidad de Melbourne (Australia), una de las descubridoras de ese gen de la explosividad y sus efectos en el deporte de élite, que hasta ahora es considerado el paradigma de “gen campeón”.
“No hay duda”, dice Bouchard, de que tiene que haber variantes genéticas claves para alcanzar los podios mundiales. El cambio de paradigma que muestra este estudio es que se trata de muchas variantes poco comunes, cada una con un efecto “muy pequeño” en el rendimiento, por lo que ha sido imposible encontrarlas incluso con el mayor estudio de este tipo hecho hasta la fecha. Se abre así un campo de estudio complejísimo pues probablemente todas esas pequeñas variaciones interactúan unas con otras en ámbitos muy diferentes, desde la salud cardiovascular a la resistencia mental y la motivación. “Es un hallazgo muy importante que nos está diciendo que tenemos que dar un giro de 180 grados a nuestra forma de pensar”, resume Bouchard.


Se han analizado datos de más de 1.500 atletas de Australia, Kenia, Etiopía, Japón, Polonia, Rusia y España

El veterano investigador de la Universidad Estatal de Luisiana no ve estos resultados como una decepción, sino como una oportunidad, pues “muestran el camino a seguir”. Encontrar esas muchas y pequeñas variantes genéticas que diferencian a cualquier tipo corriente de un Haile Gebrselassie es solo cuestión de tiempo y dinero, el suficiente como para secuenciar “el genoma de unos 10.000 atletas de élite mundial”, señala. Se trata de algo fuera del alcance del consorcio GAMES, pero “con el apoyo de la Federación Mundial del Deporte, comités olímpicos y otros grandes organismos, se podría hacer”, señala.Aquí no se trata solo de entender de qué están hechos los mejores atletas del mundo, explican los responsables del estudio, sino que su genoma puede ayudar al resto de la población, por ejemplo en su salud cardiovascular.